miércoles, 12 de febrero de 2014

Mi Principito...

Comenzaré con la historia de cómo tus padres se conocieron...
Fue en una lúgubre noche de invierno de Julio del 2005, cuando aún mamá lloraba la muerte de tu abuelito, arrebatado por una sombra silenciosa y cruel llamada Cáncer, en una fría, extraña y distante madrugada de abril del mismo año y el de la abuelita Teresa, arrebatada también por esa sombra en Noviembre de 2003. Mi vida poco sentido tenía, la abuelita Juana, mi madre, el único apoyo que me quedaba, estaba sumida en una depresión y nuestra relación estaba quebrantada con la herida sangrante de la muerte, yo, con 15 años, sonreía al exterior y evitaba poner más triste a Juana, pero el inmenso vacío de ver cómo nuestra familia se destruía, me carcomía el interior. Eran esas noches en que sólo buscaba algo de música para desahogarme y conocí a un buen amigo con el que comencé a hablar sobre Type o Negative, pues él y tu papito tributaban a dicha  banda, pasados los días, este buen amigo me contacto por Msn con tu padre, en un principio sólo era una triste niña solitaria de 15 años, compartiendo sus vivencias a través de una red enmarañada de información con un triste joven músico simpático de 27 años, una generación nos separaba, pero el tiempo no fue un enemigo... Pasaron los meses y comenzamos a hablarnos por teléfono, cada vez que tu padre me llamaba me sentaba ante la ventana de mi pieza a admirar las estrellas y era como si esos miles de cuerpos celestes a millones de años luz estuviesen cerca rodéandome, los tocaba con el dulzor de mi mente y unas 3 o 4 estrellas moribundas (estrellas fugaces) pasaban en lo que duraba nuestra conversación, en las 3 o 4, deseaba que tu padre me amara y estuviésemos para siempre juntos, qué irónico, la misma muerte daba luces de esperanza...
En una conversación con papá, quedé debiendo trillones de besos, aún no saldo mi deuda.
En las vísperas de un nuevo año, mi triste caballero negro reveló sus miedos y tristezas, creo que nunca he leído algo más triste, dicho escrito me invitaba a hacerme partícipe de sus penas o simplemente obviarlas y seguir tan amigos, como hasta ese entonces lo éramos... pero a esas alturas yo lo amaba, aún cuando la humanidad entera condenaba mis sentimientos a simples caprichos, pero no!, yo de verdad sentía algo más allá de lo simple humano por él, por lo que decidí cargar su pesada cruz, yo quería curar sus heridas, quería alivianar su peso y por último si no lo lograba, estaba dispuesta a morir con él en la cruz... al final de ese mar de astillantes palabras cargadas de dolor, la preocupación invade mi esencia y lo llamo, no podía dejar de hacerlo, necesitaba escucharlo, saber que estaba bien, si no le hacía sonreír, al menos lloraría con él... ese día, él supo que yo realmente lo amaba y a mi no me importaba si para él yo sólo era una pequeña amiga, pero sería al menos una hormiga en su zapato, quizás podría verlo alguna vez? Abrazarlo? Tomar su mano? Cruzar miradas?... Un segundo en su compañía bastaría para llenar mi mundo de felicidad.
Esa noche hablé con mi madre, le conté a grandes rasgos mi pena, porque él sufría, decidimos regalarle mi visita en su cumpleaños, 3 días después de ese mail, viajamos a otra ciudad... sólo para verle sonreír. No puedo expresar en palabras la inmensa sensación al verlo, unos nervios me invadían y lo único que quería era abrazarlo para siempre, fue un lindo día y a su ocaso, al despedirme para volver a mi ciudad, el abrazo que nos dimos contenía la fuerza de miles de agujeros negros girando, creo que dejamos de respirar por milésimas de segundo y la sístole y diástole de nuestros corazones se sincronizaron.
A partir de ese día, tu papito me vino a ver todos los fines de mes, o al menos, una vez al mes, caminamos kilómetros bajo el sol y terminamos insolados, nos besamos frente a los reflejos del sol en el inmenso mar, celebramos cumpleaños, nos hicimos compadres, nos tiramos en la arena, la brisa marina nos acarició, fuimos cautivos de los bosques, fuimos juntos amantes de la música, yo con mis amagos de intentos de canto lírico y él como un excelente guitarrista, formamos un proyecto musical que aún se está gestando, un simple roce de manos, aún cuando la física dijera que nada de lo que tocamos es así, parecía romper esas leyes y podíamos tocarnos, casi fundirnos... en nuestras miradas podíamos divagar en el infinito universo y caer en agujeros negros supermasivos, girar a trillones de revoluciones por hora y seguir intactos, de pie, en silencio... cada fracción de segundo era un universo diferente de sensaciones y experiencias, por lo que, en cada despedida, la tristeza y el vacío mismo nos invadía. Si bien fue gracias a la abuelita Juana que ahora estamos juntos, muchas veces peligramos que nos separaran,  yo era la culpable de hacer salir a los monstruos de la abuelita y éstos la convencían de encerrarme por días con pestillo en mi pieza, yo sentía terror, pena y lloraba desconsoladamente, miles de veces rasguñe las puertas, me acurruqué en un rincón, grité, para liberarme de ese infierno, pero tu papito estaba lejos y finalmente todo eso era mi culpa, razón por la cual... 2 veces intenté quitarme la vida, un par de veces tuve que correr con la abuelita a la posta de urgencia porque su depresión alcanzaba también los límites y yo estaba sola, sólo tu papito me daba apoyo y fuerzas, más de alguna vez cargó con mis problemas e incluso me ayudo con los costos del colegio.
3 tortuosos y maravillosos años pasaron así, a veces nos veíamos cada 2 o 3 meses cuando el dinero escaseaba, hasta que ante las leyes humanas, decidimos concretar la relación y un 7 de febrero, nos unimos en matrimonio legal para formar una sociedad.
Mamá partió a la ciudad de Papá y se fueron a vivir juntos en la casa de la abuelita Soledad, creo que nunca había sido más feliz, luego de 2 años de habernos casado, cursando yo mi primer semestre de la carrera que deseo, Medicina Veterinaria, en alas de un paro estudiantil larguísimo, tú nos sorprendes con tu aparición y un pequeño humanito de 4.8 cm y 8 semanas de vida se asomaba en gloria y majestad, no te esperábamos, pero fue lo más maravilloso del mundo saber que estabas ahí y que de 2 simples e ínfimas células, un nuevo ser humano estaba creciendo en mi matriz. Fui a la universidad hasta mediados de Marzo del año siguiente porque las clases se extendieron por el paro, el embarazo fue bien, a pesar de que yo generé una diabetes gestacional por estar obesa y ser considerado un embarazo de alto riesgo, pero tu, estabas perfecto. Una semana antes de lo estipulado por el doctor, la biología hizo su tarea y el día Jueves 22 de Marzo partí caminando al hospital con contracciones regulares, tu papá estaba ansioso, nervioso, su cara me daba risa, pero a última hora las cosas se complicaron y los doctores se percataron que estabas sufriendo, te estabas muriendo, el cordón que te mantenía con vida, ahora se transformaba en tu silencioso asesino y te asfixiaba tortuosamente, es por lo que doctores deciden usar el Fórceps, evitando la cesárea.
A las 1:58 am del día 23 de Marzo nos muestras tu rostro en vivo y en directo, estamos felices ansiosos, yo exhausta, pero sólo quiero tenerte en mis brazos, pero, algo anda mal... estás azul, no te mueves, nuestro universo se cae de golpe, un vacío llena nuestro pecho, una angustia profunda nos taladra, el miedo y la desilución, se apodera de nosotros, nuevamente una sombra maldita se asoma a nuestras espaldas con sus garras apoyadas al borde de nuestros hombros y mira saboreándose, pero tu eres el más grande de todos, el que domina y dominas la sombra, la vences y te logramos escuchar, nuestro universo vuelve a tomar su lugar y podemos respirar tranquilos, aún así quedas hospitalizado en la UCI, la pena nos invade, el papa parte a casa desolado, yo en la cama, desolada, miro con tristeza la cuna al lado de mi cama donde deberías estar, el sonido de otros bebes resuena como un eco siniestro que se burla en penumbras de mi en los pasillos del hospital, me duermo mirando el techo con miles de lagrimas ácidas en los ojos... Esa noche la tierra se remece, cómo si fuese por tí, por quien reclama... pregunto por ti, me dicen que estas bien... En la mañana hablo con la doctora y me da malas noticias, durante la noche luego del temblor, se supone tuviste un episodio convulsivo y comenzaste a dejar de respirar, te dejan en incubadora intubado, con sondas, cuando te veo en esas condiciones, tan pequeño, me quiebro, quiero caer, un dolor congelante recorre mi espalda, aún así tu sonríes y eres hermoso... 10 días en incertidumbre, en angustia, son los que pasan en ese hospital, los más largos de mi vida, el miedo nos asecha y las sombras malditas nos rondan como buitres, burlándose, aterrorizándonos... Pero al onceavo día estás bien y al fin te tenemos con nosotros... Tus avances son espléndidos y estás en control para vigilar si has tenido secuelas, pero no, eres maravilloso, avanzas a la luz del rayo, nos sorprendes, nos haces reír, nos haces inmensamente felices, eres la combinación perfecta de nuestra genética y te adoramos...
Unos meses después de tu nacimiento, el papá logra su sueño y se titula de Ingeniero en Informática, luego de 5 años luchando entre el estudio y el trabajo en días que él hacía de 30 hrs. para dar abasto con todo, con mucho esfuerzo subió con el mundo a sus espaldas por laderas de pendiente 0 vertical, sólo para vernos sonreír, sólo para vernos ser feliz...
Ahora esperamos por el hogar que te verá crecer, porque queremos lo mejor para ti, porque eres nuestro más grande logro hecho carne y sangre, nuestra legión... Porque tú hijo, eres la encarnación del inmenso amor que nos tenemos, tu eres quien eterniza nuestro amor, el que perpetúa en materia y energía este sentimiento intenso...

Te amamos inmensa e infinitamente, Tus padres...